Hoy no solo celebramos la niñez, también recordamos con profundo respeto y dolor uno de los capítulos más tristes de nuestra historia: la Batalla de Acosta Ñu (1869), donde cientos de niños y adolescentes ofrecieron su vida por la patria en plena Guerra de la Triple Alianza.

Aquellos pequeños héroes, con un coraje que desafía el tiempo, se convirtieron en símbolo eterno de amor y entrega por su tierra. Su sacrificio nos recuerda que la paz, la libertad y el futuro se construyen protegiendo y cuidando a nuestros niños, jamás llevándolos a la guerra.

Que este día sea para honrar su memoria y renovar nuestro compromiso de brindar a cada niño y niña un Paraguay lleno de oportunidades, educación, cariño y esperanza.

Imagen: Monumento a los niños mártires de Acosta Ñu, alzado en lo que alguna vez fue el campo de batalla.